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Tercera Jornada

[Escena 1]

184r

Entra Don Antonio.

Ant. En la sazón del erizado invierno,
desnudo el árbol de su flor y fruto,
cambia en un pardo desabrido 265 luto1820
las esmeraldas del vestido tierno.
Mas aunque vuela el tiempo casi eterno,
vuelve a cobrar el general tributo,
y [el] árbol seco y de su humor enjuto
halla con muestras de verdor interno.1825
Torna el pasado tiempo al mismo instante
y punto que pasó: que no lo arrasa
todo, pues tiemplan su rigor los cielos.
Pero no le sucede así al amante,
que habrá de perecer si una vez pasa1830
por él la infernal rabia de los celos.

Entra Don Francisco.

Fra. Siempre han de herir los vientos
amigo, en cualquier sazón
los ayes de tu pasión,
los ecos de tus lamentos.1835

Ant. Si acaso quiero entonar
alguna voz de alegría,
siento que la lengua mía
se me pega al paladar.

A mi angustia a mi dolencia1840
no dan alivio los cielos:
que no le tienen los celos
ni le consiente la ausencia.

Fra. No hay estremo 266 sin su medio,
ni es eterna humana suerte.1845
Sólo no tiene la muerte
en la vida algún remedio.

Naturaleza compuso
la suerte de los mortales
entre bienes y entre males,1850
como nos lo muestra el uso.

Esta verdad sé bien yo,
sin que en probarla porfíe:
ayer lloraba el que hoy ríe,
y hoy llora el que ayer rió.1855

Ant. ¡Oh qué filósofo vienes
don Francisco! Fra. Yo confieso
que lo soy por el progreso
de tus males y tus bienes.

Dame los brazos y albricias. 267 1860
Ant. Los brazos veslos aquí,
184v y las albricias de mí
llevarás, si las codicias,

pero yo no sé de qué
me las pides.1865 Fra. Yo las pido
de que el Amor ha entendido
los quilates de tu fe,

y te la quiero premiar
con entregarte a Marcela.
Ant. Sé que es burla, y llevaréla1870
con tu gusto y mi pesar,

pero no sé qué te mueve
a hacer burla de un amigo
tal como yo. Fra. Verdad digo,
y escucha que seré breve.1875

Su padre de Marcela
Ant. ¡Oh nombres cordialísimos
de Marcela y su padre!
Fra. Escucha: no seas tonto. Ant. Escucho, y soylo.

Fra. [Esta] mañana, estando1880
en misa en San Jerónimo, 268
al salir de la iglesia
me tomó por la mano… Ant. ¡Oh dulce toque!

Fra. ¿Qué toque dulce puede
dar la mano de un viejo?1885
Traslúceseme amigo,
que así estáis vos en vos como en el cuento.

Ant. ¿Luego no fue Marcela
la que os tocó la mano?
Fra. Que no sino su padre.1890
Ant. No entendí bien. Seguid, que estoy suspenso.

Fra. Las pacíficas plantas 269
de las olivas verdes
fueron testigos ciertos
destas palabras que deciros quiero.1895

Ant. ¡Oh santísimos orbes
de todas las esferas, 270
a quien inteligencias 271
supernas rigen mueven y gobiernan!

Haced que estas razones1900
en mi provecho sean.
Lleguen a mis oídos,
siquiera esta vez sola, alegres nuevas.

Fra. ¡Por vida juro! ¡Muérdome
la lengua! ¡Voto a Chito!1905
que estoy por… ¡Lleve el diablo
a cuantos alfeñiques hay amantes!

185r

¡Que un hombre con sus barbas,
y con su espada al lado,
que puede alzar en peso1910
un tercio 272 de once arrobas 273 de sardinas,

Fra. llore gima y se muestre
más manso y más humilde
que un santo capuchino 274
al desdén que le da su carilinda!1915

Ant. Paréntesis es éste
que se lleva colgada
de cada razón suya
mi alma aquí y allí. Fra. Pues otro queda:

pidióle a una fregona1920
un amante alcorzado 275
le diese de su ama
un palillo de dientes, y ofrecióle

por él cuatro doblones, 276
y la muchacha boba1925
trújole de su amo
que era viejo y sin muelas el palillo.

Él dio lo prometido,
y engastándole en oro
se lo colgó del cuello,1930
cual si fuera reliquia de algún santo.

Gemía ante él de hinojos,
y al palo seco y [sucio]
plegarias enviaba
que en su empresa dudosa le ayudase,1935

Y el otro presumido,
que va a las embusteras
del cedacillo y habas, 277
y da crédito firme a disparates.

¡Cuerpo del mundo todo!1940
Descubra el hombre siempre
tal valor y tal brío
que le muestren varón a todo trance.

No se ande con esferas
con globos y con máquinas 1945
de inteligencias puras.
Atienda espere escuche advierta y mire

185v

o lo que en daño suyo
o en su pro sus amigos
quisieren descubrirle.1950
Ant. Atiendo espero escucho advierto y miro.

Fra. Digo pues que don Pedro,
el padre de Marcela,
me dijo estas palabras…
Ant. ¿Es mucho que te diga que apresures1955

la comenzada plática,
de cuyo fin depende
o mi vida o mi muerte?
Fra. Díjome en fin… Ant. ¡Primero vendrá el mío!

Fra. [Aparte] ¡Colérico, enfadoso1960
está! Ant. ¡Cuerpo del mundo
acaba don Francisco!,
que está pendiente el alma de tu boca.

Fra. Dijo que yo sea parte,
como que él nada entiende,1965
que a Marcela su hija
se la demandes por mujer. Ant. ¿Qué escucho?

¿Búrlaste amigo, o quieres
con falsas esperanzas
entretener las mías?1970
Fra. ¡No burlo juro a Dios! Verdad te digo.

Ant. Dame esos pies. Fra. Levanta.
Ant. Y pídeme en albricias
el alma y te la diera,
si ya a Marcela dado no la hubiera.1975

Mas dime dulce amigo:
¿tocaste por ventura
el cuerpo de don Pedro?
¿Viste si era fantasma o no? Fra. Perdido

estás desa cabeza.1980
Ant. ¿Que era don Pedro Osorio,
el padre de Marcela?
Fra. El mismo. Ant. ¿El mismo? Fra. ¡El mismo! ¿Qué es aquesto?

Ant. A tanta desventura
está el corazón hecho,1985
que no puede dar crédito
a las dichosas nuevas que le intimas.

186r

Pero habrá de creerte
en fe que tú las dices:
que el buen amigo vemos1990
que es pedazo del alma de su amigo.

Fra. Busca a don Pedro Osorio,
y pídele a su hija
por legítima esposa.
Ant. ¿Dónde la tiene?1995 Fra. En Santa Cruz la tiene, 278

un monesterio santo
que está puesto muy cerca
de Torrejón y Cubas , 279
orden del rico capitán de pobres. 280

Ant. ¿Qué le movió llevarla2000
a tanto encerramiento?
Fra. No me metí en dibujos; 281
no le pregunté nada; sólo estuve

atento a su demanda,
y con la ligereza2005
posible vine a darte
la dulce que has oído alegre nueva.

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