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Jornada Segunda

[Escena 6]

182v

Entra Cristina

Tor. ¿Que es posible flor y fruto
del árbol lindo de amor,
que ha de andar por tu rigor
siempre mi alma con luto?1675

¿Que es posible que un potente
indiano no te remate, 242
ni que a tu dureza mate
la blandura de Torrente?

Entra Ocaña en calzas y en camisa, con un mandil delante, y con un harnero y una almohaza, entra puesto el dedo en la boca, con pasos tímidos, y escóndese detrás de un tapiz, de modo que se le parezcan los pies no más.

Tor. ¿Que es posible que no precies1680
los montones de oro fino,
y por un lacayo indino
un perulero desprecies?

¿Que no quieras ser llevada
en hombros como cacique? 243 1685
¿Que huigas de verte a pique
de ser reina coronada?

¿Que por las faltas de España,
que siempre suelen sobrar,
no quieras ir a gozar1690
del gran país de Cucaña? 244

¿Que te tenga avasallada
un lacayo de tal modo,
que por él dejes el todo,
y te acojas al nonada?1695

¿Que a un borracho te sujetes,
que cuela tan sin estorbos,
que unos sorbos y otros sorbos
son sus briznas 245 y luquetes? 246

¡Oh mujeres, que tenéis1700
condición de escarabajo!

183r

Cri. Hablad Torrente más bajo,
si por [ventura] podéis:

que dicen que las paredes
a veces tienen oídos.1705
Tor. Los tuyos tienes tapidos
a la voz de mis mercedes.

Deja aquese socarrón
que tu deshonra procura,
y fabrica tu ventura1710
con tu mucha discreción.

Cri. Pues ¿quiérole yo mezquina,
o por ventura hago caso
yo de buzaque? 247 Tor. Hablad paso;
moderad la voz Cristina:1715

que no sabéis quién os oye.
Y haced con prudencia diestra
que la humilde suerte vuestra
con la que tengo se apoye,

y veréisos encumbrada1720
sobre el cerco de la luna.
Cri. Esa próspera fortuna
para mí no está guardada:

que soy una pecadora
inútil, una mozuela1725
de mantellina 248 y chinela,
no buena para señora

y más, estando abatida
y murmurada de Ocaña.
Tor. Muéveme ese llanto a saña.1730
¡Perderá Ocaña la vida!

Cri. Con sólo media docena
de palos que tú le des,
rendida vendré a tus pies.
Tor. Blanda y moderada pena1735

a tanta culpa le das.
Mejor fuera que la lengua
que se desmandó 249 en tu mengua
se le cortara y aun más.

Cri. Palos bastan; vete en paz.1740
Tor. El cielo quede contigo.
Cri. Procura hacer lo que digo,
secreto astuto y sagaz.

Éntrase Torrente.

Cri. [Aparte] ¡Ay Jesús! ¿Quién está aquí?
¿Qué pies son éstos cuitada?1745

Sale Ocaña.

Oca. ¡Cacica en hombros llevada,
desde Lima a Potosí ! 250

Yo soy, vesme aquí presente,
hecho estafermo sufrible 251
a tu rancor tan terrible,1750
y a los palos de Torrente.

¡Pocos son media docena!
¡La piedad en ti florece!
¡Que mi culpa bien merece
cuatrodoblada la pena!1755

Mas yo no tengo por culpa
el amarte y avisarte
que de aquello has de guardarte
que te obligue a dar disculpa.

Cri. Por vida tuya lacayo,1760
el más discreto de España,
que todo ha sido [maraña]
burlona y de alegre ensayo, 252

porque pensaba avisarte
en viéndote.1765 Oca. Una por [una] ,
tú estarás sobre la Luna,
sobre el Sol y aun sobre Marte;

yo mísero apaleado,
tendido por ese suelo.
Cri. Nunca tal permita el cielo.1770
Oca. Tú misma me has condenado.

Cri. Ya te he dicho la verdad:
que burlaba, y esto baste.
Oca. ¿Pues por qué di, le intimaste 253
secreto y sagacidad?1775

183v

Cri. Porque advirtiéndote a ti
del caso, y estando alerta,
fuese la burla más cierta,
y más buena. Oca. Fuera ansí, 254

cuando tú no confirmaras1780
con lágrimas tu deseo.
Cri. ¿Luego no me crees? Oca. Sí creo,
mas reparo. Cri. ¿En qué reparas?

Oca. En las lágrimas, y en ver
que no son burlas risueñas 255 1785
las que descubren por señas
matar rajar y hender.

Pero tú forja en tu fragua
tus embustes, que yo espero
que ha de ver el mundo entero1790
el que lleva el gato al agua. 256

Entra y dame la cebada,
o darásmela después.
¡" Rendida vendré a tus pies"!
Cri. ¿Esa razón no te agrada?1795

Pero él no verá cumplida
tal promesa en vida suya.
Oca. ¿Tomara yo alguna tuya,
puesto que fuera fingida?

Cri. No seas tan ignorante.1800
Muestra, que yo volveré.

Dale el harnero. 257


[Aparte] Con esto me quitaré
dos importunos delante.

Éntrase Cristina.

Oca. Que de un lacá— la fuerza poderó—, 258
hecha a machamartí— 259 con el trabá—,1805
de una fregó— le rinda el estropá—, 260
es de los cie— no vista maldició—.
Amor el ar— en sus pulgares to—,
sacó una fle— de su pulí— carcá—,
encaró al co— y diome una flechá—,1810
que el alma to— y el corazón me do—.
Así rendí—, forzado estoy a cre—
cualquier mentí— de aquesta helada pu—,
que blandamen— me satisface 261 y hie—.
¡Oh de Cupí— la antigua fuerza y du—, 1815
cuánto en el ros— de una fregona pue—,
y [más] si la sopil— 262 se muestra cru—! 263 264

Fin de la segunda jornada.
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